Sinopsis: Morir en la horca o modernizar el servicio de correos de Ankh-Morpork... todo un dilema para un artista de la estafa como Húmedo von Mustachen.
Húmedo von Mustachen, artista de las estafas, los timos y las apuestas fraudulentas, debe elegir entre la muerte y la vida. O lo que es lo mismo, entre pensar unas famosas últimas palabras de camino a la horca, o aceptar la oferta de lord Vetinari de poner en pie y modernizar el moribundo servicio de correos de Ankh-Morpork.
«Cartas en el asunto» es la novela número 33 de la hilarante saga de Mundodisco; uno pensaría que a esta altura al gran Terry Pratchett no se le podrían ocurrir más personajes y que la calidad de la saga podía disminuir, pero con este libro demostró que todavía le quedaban excelentes ideas para rato.
Esta novela da comienzo a una nueva saga que lamentablemente Terry no pudo terminar; presentó un nuevo arco argumental iba a estar protagonizado por Húmedo Von Mustachen, un estafador que es... ejem, amablemente persuadido por Lord Vetinari para poner su gran habilidad para el engaño y las estafas al servicio del estado, y por lo tanto iba a servir como parodia de los servicios públicos. Lamentablemente, Pratchett solo pudo escribir una novela más protagonizada por Húmedo Von Mustachen antes de morir y por esta razón todos estos nuevos personajes no son tan reconocidos como los demás.
Lo primero que me llamó la atención de este libro es que, a diferencia de otras novelas de Mundodisco, está dividida en capítulos. Cada capítulo tiene una especie de enumeración de los sucesos más importantes que se desarrollarán más adelante, aunque sin ningún spoiler significativo.
Lo primero que me llamó la atención de este libro es que, a diferencia de otras novelas de Mundodisco, está dividida en capítulos. Cada capítulo tiene una especie de enumeración de los sucesos más importantes que se desarrollarán más adelante, aunque sin ningún spoiler significativo.
El título original de esta descacharrante novela es Going Postal, una expresión idiomática que en inglés significa «volverse loco» o «perder la cabeza», lo cual resulta sumamente adecuado porque todos los personajes que se encuentra Húmedo Von Mustachen a lo largo del libro están jodidamente locos.
Desde el señor Ardite, un veterano cartero que se mantiene aferrado a las viejas tradiciones (como el ser perseguido por perros, por ejemplo); Stanley, un joven cartero con una afición poco saludable por los alfileres; hasta el antagonista de esta historia: Asidor D'Oropel, un pirata que al igual que Húmedo es un maestro del engaño (de hecho nadie sospecha que es un pirata a pesar de que va por ahí con un loro sobre su hombro todo el tiempo):
«Húmedo había invertido mucho esfuerzo en su profesión y se consideraba un buen practicante de la misma, pero si hubiera llevado puesta su gorra no habría dudado en quitársela. Se encontraba en presencia de un maestro. Lo notó en la mano, lo vio en aquel único ojo lleno de autoridad. De ser distintas las circunstancias, suplicaría humildemente a aquel hombre que lo aceptara como aprendiz, le fregaría los suelos y cocinaría para él solo para sentarse a los pies de la grandeza y aprender a hacer el truco de las tres cartas usando bancos enteros. Si la opinión de Húmedo valía algo, si valía lo más mínimo, entonces el hombre que tenía delante era el farsante más grande que había conocido en su vida. Y encima lo anunciaba a los cuatro vientos. Aquello era... estilo. Los rizos de pirata, el parche del ojo y hasta el maldito loro. Doce y medio por ciento, por todos los dioses, ¿es que nadie lo había pillado? Él les estaba diciendo lo que era y ellos le reían la gracia y lo amaban por ello.»
Como es de esperar, Pratchett no desperdicia ninguna oportunidad para burlarse de todos los clichés y prejuicios que existen en el imaginario colectivo con respecto al mundo del correo: el miedo irracional de los carteros hacia los perros, la absurda función de los sellos postales y la burocracia de las oficinas de correos, por poner algunos ejemplos.
«Cartas en el asunto» es además una excelente sátira del eterno conflicto entre la tecnología y medios de comunicación más tradicionales, lo cual se expresa a través del enfrentamiento entre la decadente oficina de correos de Ankh-Morpork y la corporación de las Torres de clacs, que vienen a ser el equivalente de los correos electrónicos en Mundodisco.
A lo largo del libro Pratchett muestra de diversas formas las diferencias que existen entre un medio de comunicación más frío e impersonal como los clacs, en comparación con las cartas, revindicando las viejas costumbres:
«—Se me ocurre que ahora tenemos los clacs.
—¿Los clacs? —replicó Húmedo—. Yo le diría que los clacs son maravillosos si se quiere conocer los valores del mercado de gambas de Genua. Pero ¿acaso puede usted escribir S.C.U.B.A. en un clac? ¿Puede sellarla con un beso amoroso? ¿Puede derramar lágrimas sobre un clac, puede olerlo, puede incluirle una flor prensada? Una carta es más que un simple mensaje. En todo caso, los clacs son tan caros que el hombre medio de la calle solo puede permitírselos en momentos críticos: ABUELO MUERTO FUNERAL MARTES. ¿El salario de un día de trabajo para mandar un mensaje que es tan cálido y humano como lanzar un cuchillo? Las cartas, en cambio, son reales.»
Como siempre, estas reflexiones se esconden dentro de una aventura sumamente divertida, llena de personajes maravillosos, situaciones extremadamente absurdas y paradojas espacio temporales; sin embargo, creo que es un libro recomendable para lectores que ya han experimentado por lo menos alguna otra novela de Mundodisco.
No considero que sea bueno comenzar la saga por este libro porque algunos personajes y tecnologías son presentados de forma más detallada en libros anteriores. Me parece mejor leer (por lo menos) «El Quinto Elefante» o «Regimiento Monstruoso» antes que este libro porque en ellos se presentan las torres de clacs, que juegan un papel central en esta historia.
En resumen, «Cartas en el asunto» es una bocanada de aire fresco para la divertidísima saga de Mundodisco. A través de estos nuevos personajes Pratchett demuestra que todavía le quedaba mucho por contar, es una lástima que solo hayan dos novelas de Húmedo Von Mustachen. Destaco además la excelente traducción que tienen las ediciones "Debols!llo", en este caso el traductor se lució adaptando muchos chistes, nombres de personajes y juegos de palabras que son bastante complicados.
Buenísima reseña, José.
ResponderBorrarMe está consumiendo la intriga por esta saga. Ya pasé ¡Guardias guardias! y Mort al Kindle, probablemente lea uno después que termine con Ursula, en estos días.
Que inventiva la de Pratchet para crear un mundo que ser re inventa y sigue vigente.
Con esta entrada además aprendí una nueva palabra: "descacharrante" ;)
¡Beso!
Buen domingo.
¡Qué bueno! Me alegro de que le vayas a dar una oportunidad a Mundodisco, después contame qué te pareció ;)
BorrarVaya, parece que el juego de palabras del título se pierde con la traducción, como con Ritos iguales, gracias por explicarlo :-)
ResponderBorrarTodavía me queda mucho para llegar a este libro de Mundodisco :-)
Besos.
Sí, ese juego de palabras es imposible de reproducir en español, pero igual en general está muy buena la traducción. Ya me contarás cuando llegues :)
BorrarPratchett es simplemente fenomenal :-) Una de mis frases favoritas de Going Postal: "¿Qué clase de hombre pondría a un conocido criminal a cargo de una de las delegaciones importantes del gobierno? Aparte, por ejemplo, del votante medio."
ResponderBorrarYo lo adoro a Terry, sus libros son los únicos libros con los que no puedo ser objetivo xD
BorrarMe encantó esa cita que comentas, la había marcado para incluirla en la reseña y se me desmarcó ¬¬
Aún no lo leí, pero solo es cuestión de tiempo, aunque voy algo atrasado con la saga de Mundodisco. Tengo que retomarla pronto.
ResponderBorrarUn abrazo ;)
Me quedé a la mitad de Mundodisco. Voy a dejarla ahí un rato a ver si adelanto otras sagas que tengo inconclusas, me perturba verlas sin finalizar xD.
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